Acabados al Barniz en nuestras Tallas de Madera
Este es un mundo bastante complejo, donde hay muchas variantes y posibilidades y que muchas veces la elección no depende de cuál es mejor o peor, sino de las preferencias del artesano concreto y de las posibilidades de acceso a determinados productos o herramientas. Los mejores barnizados se consiguen en unas condiciones ideales sin polvo, con pistola, aerógrafo o spray; pero tenemos que reconocer que no todo el mundo puede acceder a esto, así que voy a describir el mejor proceso para barnizar una talla a brocha. Desde luego, los materiales que empleemos (fondos, acabados, disolventes y brochas) conviene que sean de la mejor calidad posible: pensemos que un mueble de calidad merece un acabado de calidad y que muchas veces, lo que creemos ahorrar por un lado, lo perdemos por otro, pues los productos de inferior calidad suelen cundir menos, deteriorarse antes, etc.
Aquí es donde toca tomar partido por unos productos u otros. Aunque yo voy a comentar mis preferencias (de composición, no de marcas), no discutiré que otros profesionales o aficionados piensen diferente a mí y usen otros.
Lo que siempre debemos recordar cuando aplicamos un barniz a brocha es seguir siempre el sentido de la veta, con pinceladas suaves y largas, procurando no pasar demasiadas veces por el mismo sitio, sobre todo en el acabado final, que suele ser de sacado más rápido.
Las brochas o paletinas deben ser de pelo fino y de buena/muy buena calidad. Para evitar que suelten el pelo, se suelen mojar con agua muy caliente. No obstante, las 2 ó 3 primeras veces que la usemos, estaremos muy pendientes de eliminar las cerdas que pueda perder. Si la cuidamos mínimamente (limpiándola con disolvente cada vez que la usemos y evitando que se deforme), nos durará mucho.
Igual cuidado, o incluso más deberemos tener con la pistola, si elegimos este sistema para barnizar. Deberemos vaciarla, usarla con disolvente, desarmarla completamente y dejar las piezas en disolvente de limpieza durante unas horas.
Sea el que sea el método que utilicemos para barnizar, debemos siempre protegernos a fin de evitar inhalar los vapores tóxicos. Usaremos mascarilla (si es posible buconasal con filtros para vapores orgánicos), y siempre que sea posible lo haremos al aire libre o en lugares muy ventilados.
Los barnices y lacas de calidad no tienen color. En los trabajos habituales de talla antes de barnizar daremos el tinte, pero existe la posibilidad de añadir tinte al barniz (en la última mano de fondo, normalmente), aunque yo no lo recomiendo, porque es un proceso delicado en el que nos podemos pasar, quedar cortos o aplicarlo inapropiadamente. Hay que hacer algunas pruebas antes de lanzarnos a experimentar con una obra final. En cualquier caso, nos informaremos en una tienda especializada, ya que los tintes para barniz tienen que ser compatibles con su composición.
La aplicación seguirá estas fases: 2 ó 3 manos con laca tapaporos (de la misma composición que el barniz de acabado), dejando secar cada mano el tiempo que nos indique el fabricante en el envase (unas 12 horas) y transcurrido éste, matizar con lija muy fina (es muy aconsejable la montada sobre esponja, llamada "corcho"). Se desprenderá un polvillo muy fino, que irá dejando la superficie más suave después de cada mano. Cuando su tacto sea perfecto, después de haber matizado la tercera mano, limpiaremos el polvillo y aplicaremos la capa de acabado. La laca de acabado puede ser mate, satinada o brillo, según nuestras preferencias. Yo no recomiendo la laca brillante para las tallas, les da una apariencia plástica artificial. Es mucho más conveniente la satinada (con un poco de brillo) o la mate (sin nada de brillo). En cualquier caso, si alguien desea aplicar la laca brillante, deberá tener en cuenta que se extiende mucho peor, por lo que deberá renunciar a aplicarla con brocha, (esto también depende de los fabricantes, pero yo he observado este hecho en varias marcas).
Si las lacas de fondo y acabado están espesas, se pueden (y se deben) diluir con disolvente (de la misma composición), siempre teniendo en cuenta las proporciones indicadas por los fabricantes, aunque aquí podemos echar mano de la experiencia para alcanzar el nivel de espesura adecuado.
Existen más tipos de acabado, a muñequilla, con goma laca, al aceite (de linaza, de teca), danés; ebonizados, moteados, veteados, estarcidos, etc. pero no los trataré, ya que no se suelen aplicar a los muebles tallados.
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